En la primera fecha del Ciclo de Cine On Line, presentamos Ema, de Pablo Larraín. Ambientada en Valparaíso, la película narra la historia de Ema (Mariana Di Girolamo), una muchacha de veintitantos años dedicada a la danza, que debe enfrentar las consecuencias haber decidido junto a su esposo, Gastón, (Gael García Bernal), devolver al Sename el niño que habían adoptado hace casi un año.
Dirigida por Josefina Buschmann, Christopher Murray e Israel Pimentel, Dios pone en pantalla distintas percepciones y miradas filmadas por más de 15 creadores y creadoras a lo largo del país, bajo el alero temático de la llegada del Papa Francisco a Chile. Es la segunda propuesta en nuestro Ciclo de Cine On Line: Lenguajes del Cine Chileno Contemporáneo.
En la tercera fecha de nuestro Ciclo de Cine Online, presentamos la ópera prima de Claudia Huaquimilla, “Mala Junta”, película que muestra con una naturalidad a veces incómoda las inmensas falencias de un sistema roto. Aquí, el proceso hacia la adultez de sus protagonistas está permeado por problemáticas totalmente alejadas del primer mundo y más presentes de lo que se quisiera.
El segundo largometraje de Dominga Sotomayor es la consagración de una mirada autoral que resalta los espacios contrapuestos y recuerdos difusos que no subyacen a una estructura definida. Más bien, su interés está en la representación de lo cotidiano y la emoción del íntimo universo de su memoria.
El Club confirma la mirada de Pablo Larraín que hacía retratar los aspectos más oscuros del ser humano sin establecer un juicio de valor ideologizado sobre aquello. Más bien, abre el camino a través de las sensaciones y atmósferas para que el espectador sea quien decida la suerte de los personajes.
En palabras de su director, esta película es la búsqueda e invitación a reflexionar sobre un problema profundo y arraigado en nuestra cultura: sin buscar ser un filme de denuncia ideológica, pone sobre la mesa las constantes injusticias que viven las minorías y sectores menos acomodados, desde una mirada a la estética de lo íntimo, cotidiano y verosímil.
Hernán Saavedra permite con su película comprender cómo los jóvenes decidieron, de manera valiente, que ya no bastaba con marchar. Sin embargo, ellas/os mismos son conscientes que tampoco basta con generar la reflexión estética del arte y la vida como única forma de representar nuestras profundas problemáticas sociales.
Alejandro Moreno realiza un ejercicio que nos permite reflexionar sobre la resignificación histórico-cultural de la tragedia, a través de una representación resquebrajada entre dramaturgia y cine. El director, aun tomando decisiones que no permiten un diálogo fluido entre ambos lenguajes, se esmera en encontrar símbolos de la realidad para mostrar el conflicto de una forma minimalista.
“Princesita” es una obra que explota y remece a través la forma, con momentos que impactan por la determinación en el uso del lenguaje audiovisual con que Rivas muestra lo subjetivo. Un retrato del abuso que estremece, una ventana a la mirada de la víctima que acerca al espectador las secuelas del abuso y la violencia.
El Salvavidas es la experiencia de la observación. Alberdi retrata la mirada de su protagonista desde lo cinematográfico y las herramientas del documental: la visualidad contemplativa, la lejanía del artificio y la espontaneidad de la narración. Mauricio, el salvavidas, deambula entre la diversidad de su oficio, develando apariencias, relaciones y autenticidad.