Pertenecientes a distintos ámbitos, dos hombres chilenos son los protagonistas de los documentales que se toman la pantalla grande del Centro Cultural San Antonio, ambos estrenados en 2017. El primero de ellos es Alfredo Jaar Hasbún, artista plástico chileno radicado en Nueva York, reconocido con el Premio Nacional de Artes Plásticas de Chile en 2013.

El documental “JAAR: El lamento de las imágenes” fue dirigido por Paula Rodríguez Sickert, quien se sumerge en la intimidad del proceso creativo de Jaar, haciendo un recorrido por su obra expuesta en Finlandia, Venecia, Buenos Aires, Santiago y Nueva York. 

La banda sonora es de Nicolás Jaar, su hijo, exponente de la escena musical electrónica internacional. El “Documental del mes” se exhibe el jueves 27 de septiembre, a las 19 horas. 

Para Jaar, el arte es el último espacio desde el cual es posible con honestidad y de manera profunda, en medio de un mundo dominado por el consumo y el espectáculo. Desde esta trinchera se instala como un acto de resistencia, por lo que la cineasta lo considera un artista social y político, que se vale de la belleza para hablar del horror. 

 “Guerrero”: Cine y Derechos Humanos

“Pienso que mi historia no es solo mi historia, es la historia de un país completo”, son algunas de las primeras frases del documental “Guerrero: Una vida, muchas batallas”, del director Sebastián Moreno, responsable también otros trabajos relativos a los Derechos Humanos, como “La ciudad de los fotógrafos” (2006) y “Habeas Corpus” (2015). 

“Guerrero” narra la historia de Manuel Guerrero Antequera, hijo del profesor  Manuel Guerrero Ceballos, asesinado junto publicista Santiago Nattino y el sociólogo José Manuel Parada. Entonces, Guerrero Antequera tenía sólo 14 años, y tres décadas después hace este viaje a su pasado, al exilio y la travesía de dolor, fuerza y resistencia. La invitación es este viernes 28 a las 20 horas. 

El llamado “Caso degollados” es uno de los más brutales ocurridos durante la dictadura cívico militar en Chile. El 29 de marzo de 1985, los tres profesionales comunistas fueron secuestrados por agentes de Carabineros, para ser encontrados al día siguiente, muertos por degollamiento en las